Consejos irresponsable para encontrar tu lugar en el mundo del fitness
Un plan de entrenamiento para hacer ejercicio y pasarla bien, con resultados garantizados.
Cada vez que entras en tu instagram ves más stories de gente corriendo demasiados kilómetros, levantando pesas gigantes, compartiendo sus tiempos en nike app, Strava, selfies con zapatos brillantes, capturas de pantalla de recorridos en google maps, videos de entrenamientos con saltos complicados en cámara rápida, videos de sesiones de yoga interminables en cámara lenta, fotos y fotos de los Apple Watch, lentes de sol tan gigantes que casi parecen equipo de esquí (qué pasa con esa moda?) hashtags #nopainnogain, #6amclub, recetas para falsificar con coliflor o calabacín cualquier tipo de carbohidrato, y te preguntas.
¿Me estoy quedando atrás? ¿De verdad conozco gente que es capaz de hacer esto TODOS los días? ¿Tengo que clasificar la marca de los 10k diarios para publicarlo en Instagram?
Tengo 29 años y me “gusta” correr desde los 24. Comencé, como hacemos todxs, para estar “en forma” pero empecé a disfrutarlo de verdad cuando entendí que el ejercicio que realmente te va a gustar es el que se hace para la cabeza. Ya el cuerpo mostrará el reflejo de las consecuencias.
Resumo y comparto mi plan de entrenamiento para el maratón que (seguro!) correré dentro de 20 años:
El primer paso para hacer ejercicio es no planficar mucho el “hacer ejercicio”. Recomiendo esperar a que se dé una de las siguientes condiciones:
- Tu adicción al café te dio una sobredosis accidental porque te tomas cinco tazas al día sin darte cuenta y ahora tienes más energía de la que necesitas,
- El día está inesperadamente bonito,
- El día está inesperadamente aburrido y tienes tiempo que matar.
Bajo ninguna circunstancia hagas ejercicio cuando tengas un pensamiento tóxico como “debería hacer ejercicio”.
Cuando llegue el momento, no se te ocurra llevar contigo ningún aparato de medición de distancia, velocidad, ritmo o ubicación. Mientras menos sepas de tu rendimiento mejor. Nadie quiere información que te lleve a comparaciones o presiones inncesarias para repetir mañana, a la misma hora, en el mismo sitio.
Si sales a la calle, sigue un camino al azar sin hacer el intento de mantener un ritmo constante. Si vives en una ciudad grande, elige calles llenas, incómodas, el mejor cardio es siempre esquivar señoras de paseo.
Imprescindible que lleves contigo algún tipo de dinero o método de pago, para que puedas abandonar inmediatamente todo intento de ejercicio si se presenta la oportunidad. La oportunidad: alguna oferta, rebaja o panadería recién salida del horno.
Opcional (y mi favorita personal): publicar alguna foto, selfie o video que sugiera que estás haciendo “ejercicio”, preferiblemente durante la sesión o al terminar, para tener mayor credibilidad. Es una buena estrategia para pasar la mayor parte del tiempo pensando en la descripción de la foto o en el mejor ángulo para tu video, que en el esfuerzo físico que estás haciendo.
Si encuentras el lugar ideal para posar, interrumpe cualquier tipo de actividad física inmediatamente, las redes son siempre la prioridad. Si por accidente hiciste ejercicio en serio y no encuentras un filtro que lo disimule, no te preocupes (se llama swelfie: sweat + selfie, y es real)
Resultados garantizados: vas a pasar un buen rato contigo mismo si no te presionas por lo que “deberías” estar haciendo. Y hasta es probable que así, repitas al día siguiente.
Vivimos presionados por la disciplina como la única herramienta para cambiarnos la vida. Pero la diversión es un área mucho más personal y también, una herramienta más poderosa para conectar con nosotros mismos. Acostumbrarse a hacer lo que te divierte requiere disciplina sin imponer tanta presión externa de las modas, las tendencias, las comparaciones.
El verdadero reto con el ejercicio (y con todo, si nos ponemos filosóficos) es encontrar lo divertido en lo obligatorio. Los 42 kilómetros vienen después.
